jueves, 6 de febrero de 2020

¿Son las grasas saturadas buenas para la alimentación?

Grasas saturadas


Entre los tipos de grasas alimenticias existentes, las grasas saturadas suelen llamar la atención en la mayoría de las personas en el último tiempo, ya que son muchos los conceptos e información que circula en torno a ellas. En términos generales, se suele mencionar que eventualmente pueden ser la razón de distintos problemas de salud, por lo cual vale la pena revisar la alimentación de todos.


Así mismo, en el momento en que se toma la decisión de hacer un pedido Herbalife online, todos los asesores se van a interesar por brindar las mejores instrucciones de alimentación saludable para el control del peso, y teniendo en cuenta que estas son grasas presentes principalmente en alimentos de origen animal, la sugerencia es que se tenga mucho más cuidado con estos productos.

Datos sobre las grasas saturadas


Ya se ha hecho una pequeña introducción sobre esta clase de grasa. Además, hay que mencionar que se van a volver sólidos a temperatura ambiente y en ocasiones se van a percibir a simple vista en los alimentos. Un ejemplo muy claro de lo anterior, es la piel del pollo, al igual que la leche o alrededor de la carne roja. En otros casos puede ser difícil de ver, pues se usan para el procesamiento de los alimentos.

Esta es una clase de grasa que está presente en ciertos alimentos de origen vegetal como el aceite de coco o de palma. Las investigaciones han determinado que un consumo alto de grasas saturadas puede significar que se den distintos problemas de salud, en especial enfermedades cardiovasculares.

Grasas saturadas


Finalmente, hay que mencionar que las grasas saturadas van a provocar muchos problemas de salud si se consumen en exceso. Los expertos en nutrición anotan que una limitación en su ingesta para que alcancen una proporción reducida es la mejor decisión, buscando así que no se presenten efectos indeseables en el cuerpo.

Las grasas y los tipos de grasas


Las grasas son una clase de nutriente que le ofrece al cuerpo energía para que funcione con normalidad. En ese sentido, si se realiza ejercicio, los 20 primeros minutos el cuerpo va a utilizar las calorías que los carbohidratos aportan. Después de lo anterior, se va a usar la energía proveniente de las grasas.

Por otro lado, las grasas cumplen con otro rol fundamental, como cuidar de la salud del cabello y la piel, sin pasar por alto que equilibren la temperatura corporal o la absorción de vitaminas. Es a raíz de lo anterior que estas vitaminas se llaman liposolubles.

En pocas palabras, son tres los tipos de grasas:

  • Grasas insaturadas – Son líquidas al medio ambiente y están presentes más que nada en los alimentos de origen vegetal o en los pescados. Su ingesta es útil para que se pueda mejorar el nivel de colesterol.
  • Grasas saturadas – Son denominadas también como grasas sólidas. Cuando el consumo de las mismas es elevado se va a incrementar un mal nivel de colesterol, lo cual obstruirá las arterias.
  • Grasas trans – Son una clase de grasa procesada a través de la hidrogenación. Por sus características y efecto, son las más nocivas que se van a identificar. Están presentes principalmente en los alimentos industriales.

¿Cuál es el efecto de las grasas saturadas?


Si las grasas saturadas se consumen de manera excesiva, distintos problemas para el cuerpo se van a presentar. A grandes rasgos, el inconveniente más relevante es una acumulación del colesterol malo en las arterias. Si la anterior situación se presenta, las probabilidades de desarrollar enfermedades cardíacas se van a incrementar considerablemente, al igual que accidentes cerebrovasculares o arterioesclerosis.

Así mismo, un exceso de colesterol produce lesiones en las paredes de las arterias o lo que se denomina placa de ateroma. El resultado principal de todo lo anterior es una reducción en el diámetro de las arterias, obstaculizando así que la sangre pueda pasar. De nuevo, lo anterior conduce a distintos problemas cardiovasculares.

Grasas saturadas


Uno de los efectos indeseables de esta clase de grasas es que con mucha facilidad van a aumentar el peso corporal. Cuando hay una ingesta muy alta de las mismas, en particular si la persona sostiene un estilo de vida sedentario, en poco tiempo se va a sufrir de obesidad y sobrepeso. En otras palabras, se afectará la salud notoriamente.

Mitos sobre las grasas saturadas


La relación entre las grasas y los planes de alimentación en muchos casos se encuentra llena de mitos y de información que debe ser verificada por todos, pero que lamentablemente se hace popular entre la población.

Uno de los primeros asuntos por analizar, es que se suele pensar que en todos los casos es una mala práctica el consumo de grasas saturadas. Lo anterior no es verdad. En realidad, las investigaciones han determinado que lo ideal es que no representan más del 6% el consumo diario de alimentos.

Además de lo anterior, en muchos casos las grasas saturadas son eliminados de la dieta sin analizar cuál es el método que se puede implementar para su reemplazo, buscando así que la nutrición siga siendo adecuada. Tenga en cuenta que lo adecuado es que se reemplacen las grasas saturadas y trans por grasas insaturadas, y no simplemente eliminar en su totalidad toda clase de grasas.

Grasas saturadas


Otra de las alternativas saludables es que se incremente la ingesta de carbohidratos integrales como el pan integral o arroz. Por el otro lado, nunca va a ser una buena idea que las grasas malas se reemplacen por carbohidratos como el azúcar o harina blanca. Hay estudios sobre lo anterior en donde se menciona que las personas que hacen lo anterior, no reducen el riesgo de enfermedades cardiovasculares, sino que los incrementan.

El papel de las grasas en una dieta saludable


El consejo que todos los expertos en el sector de la salud y la nutrición comparten con las personas interesadas en esta clase de asuntos, es que la decisión más importante es siempre hacer todo lo posible para que la dieta sea equilibrada, saludable y variada. De otra manera, nunca se van a obtener los resultados deseados en el organismo.

Una vez claro que lo más relevante es que el equilibrio es lo fundamental en una dieta saludable, la fórmula de oro va a consistir en que los planes de alimentación siempre incluyen frutas, verduras, granos integrales y grasas insaturadas. También, pero en una cantidad menor y regulando los productos, incorpore grasas saturadas y carbohidratos.

Los estudios nos indican, que una estimación correcta es que las calorías que se obtienen en el día tendrían que ser de entre el 25 y 30% para las grasas. Por otro lado, tan sólo el 6% de las grasas mencionadas tiene que corresponder con las grasas saturadas. Para ser más exactos, esto equivale a unos 15 o 25 gramos en el día.

En conclusión, lo más conveniente es que se consumen cantidades bajas de alimentos como carnes grasosas o procedas, bollería industrial, comidas empaquetadas, productos lácteos enteros o alimentos fritos.

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